Es una alternativa ecológica, ecofriendly, sana, económica y respetuosa de la energía femenina.
La copa menstrual soluciona problemas de huella ecológica y como dura 10 años, tiene la capacidad de sustituir a las miles y millones de toallas sanitarias que son desechadas a la basura junto con sus empaques y que tardan 500 años en degradarse.